010611 / Laura Almodóvar
Hay quienes la tachan de manipuladora. Otros de incomprendida. En cambio, la gran mayoría la califican de obra maestra: Cristo con un fusil al hombro. Si tan sólo su título provoca una sensación escalofriante en el lector, el contenido de la obra es sublime
Hay quienes la tachan de manipuladora. Otros de incomprendida. En cambio, la gran mayoría la califican de obra maestra: Cristo con un fusil al hombro. Si tan sólo su título provoca una sensación escalofriante en el lector, el contenido de la obra es sublime
.Partiendo de la combinación de Cristo + fusil, la mente del lector se taladra intentando encontrar sentido a la mezcla entre una figura religiosa y un arma… ¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza? ¿Terrorismo o heroicidad?Alejémonos de lo que el título nos pueda hacer pensar… Para captar la esencia de la obra, debe comenzarse por la página 1 y acabar en la 208.
En la contraportada de la primera edición de “Cristo con un fusil al hombro” (1975), se exhibía que: “Poco después de la muerte del Che Guevara, el pintor revolucionario argentino Carlos Alonso pintó un cuadro que inmediatamente se hizo famoso en toda América Latina. (…) Alonso había pintado una figura de Cristo con un fusil al hombro, figura que, por su aspecto y su atuendo, recordaba a un guerrillero (…) El cuadro se ha convertido desde entonces en el símbolo artístico del luchador, del guerrillero, del hombre que, arma en mano y en las peores condiciones, combate la violencia y la arbitrariedad en su lucha por un mundo diferente, justo y bueno con todos los seres humanos”. ¿Quién era el verdadero modelo del pintor? ¿Che Guevara? No, en realidad fue Camilo Torres, sacerdote abatido a tiros y fuente de inspiración del artista. Pese a todo, la muerte del Che fue la causa por la que miles de jóvenes rebeldes del Sur dieran su vida por la libertad de su nación. Ryszard Kapuscinski estudia el caso de Salvador Allende y el del Che Guevara. Se siente atraído por estos dos personajes, los compara en su libro. Guevara luchaba con un fusil al hombro y Allende con la palabra. A Guevara lo localiza por sus zapatos, a Allende por su mesa, su despacho. Los califica de héroes. El autor, pensaba que a Allende había sido asesinado, pero después se descubrió que se suicidó.
Cristo, Mahoma… ¿qué más da quién sea la base? Si Kapuscinski hubiera escogido la figura de Mahoma, como aludía en sus entrevistas, la situación habría sido la misma. El MENSAJE habría sido el mismo: ¿Sabemos a quién la historia y la memoria colectiva acabarán definiendo como terrorista y asesino, y a quién como combatiente o incluso héroe? Esta pregunta ha dado mucho que hablar. No se puede sentenciar a aquél que combata por su pueblo, por el bienestar de los suyos, porque probablemente tenga una razón para hacerlo. ¿Pero y si la razón no está del todo visible o es incomprensible?
¿También se trata de un héroe que ha dado su vida por los suyos o en este caso lo tacharíamos de terrorista? Un ejemplo clave lo encontramos en el atentado del 11-S. Claramente a estos hombres se les atribuiría de terroristas, de asesinos y de suicidas. En cambio, hace años se les llamaba guerrilleros, rebeldes. Por el simple hecho de que un guerrillero debe tener una razón para su acción y un terrorista o asesino no. No se le permiten tener razones ningunas.
Fragmento:"Uno de los obuses ha dado en un camión que transportaba naranjas, y arroyos dorados del fragante zumo fluyen por la calle principal. Cerca, en el umbral de su casucha de barro, está sentado un árabe anciano, callado, petrificado. De lo que ayer era su casa, no queda sino el suelo y un pedazo de pared. De lo que ayer era su familia, no queda nadie. Oh, aquí está la sangre, dice uno de los fedayines mientras señala unas manchas oscuras en el suelo. Más adelante, dispuestas en hileras, hay más casuchas de barro. Aquí y allá, las destrozadas por los obuses, muestran su interior. Armarios reventados, harapos ensangrentados, una tetera en medio de la calle, arrojada hasta allí por la onda expansiva... En una pared, un retrato de Nasser agujereado por un trozo de metralla. En otro sitio, todo se ve cubierto de blancura: es harina desparramada. Más allá, un obús dio en la techumbre de una tienda, pero como al pasar tan alto no destruyó la mercancía, su dueño está sentado de nuevo detrás del mostrador, pasen, señores, pasen y compren."
En conclusión, Kapuscinski intentó con sus reportajes advertir a la sociedad de la atrocidad de los combates, de los crímenes que no han salido a la luz, los regímenes tan atroces que han existido y que aún existen y dedicárselos a aquellos que lo han dejado todo por su país.
Laura Almodóvar
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